26 de octubre de 2009

# Muere conmigo, Elena Forbes

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«Confía en mí, no hay otro modo, no si me quieres. Cuando nos conozcamos, estoy seguro de que haré que tus temores se desvanezcan. Hasta entonces debes recordar algo.
Éste es un mundo en el que no merece la pena vivir. Piensa en lo que te pasaría (y en lo que me pasaría a mí), si lo descubrieran. Nunca nos permitirían estar juntos.
Muere conmigo, amada mía, y ya nunca podrán separarnos.
Tu novio, que te ama.»

Londres. Su amigo, mentor y jefe directo hospitalizado tras un accidente de moto, un confuso idilio con una amiga detective en el horizonte y la sempiterna lucha contra los limitados presupuestos del departamento… Sin duda, el inspector de policía Mark Tartaglia no hubiera dudado en elegir cualquier otro momento para enfrentarse a un asesino en serie. La amenaza de un psicópata, sin embargo, no es algo que se pueda prever ni dejar pasar, y menos aún cuando éste va por ahí, seduciendo a chicas para citarse y quitarse la vida juntos, y aprovechar, en el último minuto, para matarlas y disponer una escena del crimen que apunte a un suicidio. Un perfil tan perverso como retorcido; aunque para Tartaglia lo más preocupante se resume en dos puntos: ¿cuánto tiempo puede llevar actuando un asesino que utiliza los suicidios como modus operandi? Y, más importante aún, ¿cómo evitar más muertes si sus víctimas parecen de todas formas dispuestas a morir y acuden por si solas a los brazos de quien les quitará la vida?

Tartaglia deberá emprender una investigación contrarreloj, con un criminal rondando más cerca de lo que pueda imaginar y con dos obstáculos imprevistos: Carolyn Steele, una nueva jefa asignada por unos superiores más preocupados por el acoso de la prensa, y Patrick Kennedy, un experto y arrogante especialista en perfiles criminales, cuya presencia Tartaglia tiene razones de sobra para querer evitar.


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