29 de diciembre de 2009
El Largo Adiós, Raymond Chandler
Desde los párrafos iniciales, se hace evidente que con El largo adiós Chandler pretendía redimensionar la novela negra. Aunque, como en otras de sus obras, existen varios asesinatos por dilucidar, el motivo vertebral no gira en torno a dicha tarea de esclarecimiento, sino que –asunto que sorprende por entero en el mundo de la literatura detectivesca– refiere a la fidelidad y los límites de la amistad. La mayoría de los casos de Philip Marlowe, el emblemático personaje de Chandler, se inician con la visita de algún cliente que generalmente le inspira poca confianza y que lo involucra en una espiral de relaciones conflictivas e inconvenientes intrigas. En esta novela, sin embargo, la trama da comienzo con un episodio fortuito donde un hombre completamente ebrio, Terry Lennox, está tratando de acomodarse detrás del volante de su lujoso automóvil, pero "su pie izquierdo seguía balanceándose fuera, como si su propietario hubiera olvidado que le pertenecía". Su atractiva acompañante no hace ningún esfuerzo por ocultar su fastidio e intolerancia y termina por abandonarlo en plena calle. Este episodio, que podría inspirar repudio o benevolencia por la grotesca pero también inerme condición de Lennox, genera una reacción fraternal por Marlowe, quien decide ayudarle incondicionalmente.
Con esta acción inopinada comienza una amistosa relación de intensos claroscuros y funestas consecuencias. "No hay trampa más mortal –reflexiona Marlowe– que la que se prepara uno mismo." Tanto Lennox como Marlowe son personas solitarias, desencantadas y destilan cinismo. Estas características los acercan y les permite compartir gimlets en un par de bares que comienzan a frecuentar. El tratamiento del tema de la amistad nunca había recibido tanta dedicación por Chandler y su exploración le permitió realizar su novela más ambiciosa y mejor lograda por la elaboración psicológica de sus personajes. Como nunca antes, la propia ciudad de Los Ángeles se manifiesta contundentemente como si fuera otro complejo y desilusionado personaje:
Allí fuera, en la noche entretejida por mil delitos, la gente moría, la mutilaban, se hacía cortes con cristales que volaban, era aplastada contra los volantes de los automóviles o bajo sus pesadas llantas. A la gente la golpeaban, la robaban, la estrangulaban, la violaban y la asesinaban; gente que estaba hambrienta, enferma, aburrida, desesperada por la soledad o el remordimiento o el miedo; airados, crueles, afiebrados, estremecidos por los sollozos. Una ciudad no peor que otras, una ciudad rica y vigorosa y rebosante de orgullo, una ciudad perdida y golpeada y llena de vacío.
Los asesinatos no dejan de intrigar al lector, sin embargo, antes que satisfacer la curiosidad de identificar al criminal, la trama seduce por el entrecruzamiento de los motivos y las razones que subyacen al comportamiento de cada personaje. Los gestos, las entonaciones, los movimientos del cuerpo y los propios diálogos se desempeñan como velos que pretenden disimular conjuraciones oscuras, añejos rencores o vicios inconfesables. Las relaciones entre todos se tejen sobre una superficie de neutral sociabilidad, pero, imprevisiblemente, los síntomas de sus equívocas motivaciones emergen para afectar dichas relaciones y forzar su recomposición.
Como siempre, tenemos el ebook junto con una versión en audio a cargo de Jorge de Loquendo v7.
Consigue aquí el Ebook aquí el Fb2. Y en este otro lado el Audiolibro.
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1 comentario:
Ya me he descargado éste también.
Maese, te repito las gracias.
(Jesusoro)
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