15 de febrero de 2010
América, James Ellroy
América es el inicio de una trilogía que recorre la historia de los EEUU desde finales de los 50 hasta, según parece, mediados de los 70.
Éste trayecto novelado, nos sumerge en la historia más oscura y violenta de la política y sociedad estadounidense de la mano de unos personajes que frecuentan y se codean con auténticas celebridades y mitos reales que, todo sea dicho, no salen muy bien parados gracias a la pluma de Ellroy.
En este primer libro, Ellroy introduce a unos personajes que poco a poco nos van descubriendo las conexiones más oscuras entre el clan más angelical e idolatrado de los EEUU ( los Kennedy) y el Crimen Organizado. Conexiones que, en virtud de una política no compartida por esos oscuros compañeros de viaje, desembocarán en el magnicidio de Dallas.
La complejísima trama se desarrolla a distintos niveles, con multitud de personajes reales ( H.Hugues, Jim Hoffa, Edgar Hoover, Bob Kennedy, Santo Trafficante, Fidel Castro, Lee Harvey Oswald…) e “instituciones” ( C.I.A., F.B.I., Oposición Anticastrista, Mafia, Sindicatos, Holywood…) que darán una idea al que no haya leido la novela, de por donde van los tiros. Pero aquí, a diferencia de la película de Stone, con la que no tiene nada que ver, no hay buenos. Tódos, absolutamente todos, están de mierda hasta las orejas.
El final, que se queda a 30 segundos del primer disparo, es por todos conocido.
Ellroy es por derecho propio el mejor novelista actual de novela negra, por mucho que quiera decirse sobre Elmor Leonard cuyas novelas tienen un tufillo a “protoguión” de cine; y que, me la juego al todo o nada, no solo está a la altura de los grandes ( Hammet, Chandler, Macdonald, Burnett, Thompson…) sino que incluso los supera.
El Maestro ha tenido la indiscutible maestría ( y valga la redundancia) de reinventar todo un género- el negro- en donde todo ya estaba inventado. Y lo hizo siguiendo las pautas más básicas de un género perfectamente reglado por los cinco de más arriba. Tramas, personajes y violencia son los puntales de sus novelas como lo fueron de los anteriores genios… pero a lo bestia.
Si las tramas de Macdonal o Chandler eran enrevesadas en apenas doscientas y poco páginas, en Ellroy son absolutamente laberínticas en más de quinientas; si Thompson o Boris Vian detallaban la violencia de forma explicitísima, Ellroy lo hace de forma brutal y descarnada; si Hammet convertía su modo de narrar en un estilo de escuela literaria en donde todo se contaba a través de las acciones de sus personajes, Ellroy lo depura más si cabe, creando un ritmo de narración rapidísimo y con un estilo cortante, preciso y demoledor.
Porque Ellroy parece que escribe, y perdonadme la expresión, a hostia limpia. Sin descanso, sin dejar respiro al lector con una contundncia y violencia que intimidan.
El Maestro nos introduce, como ya se ha dicho, en tramas de una complejidad tal que no es dificil perderse. Suele desarrollar varías a la vez y estas quedan vinculadas a cada uno de los pesonajes principales siendo, en un principio, cada una de ellas independiente de las otras. A su vez cada trama se complementa con pequeñas “subtramas” por las que deambulan secundarios de distinto pelaje.
Conforme transcurren las novelas, estas van conectándose al igual que sus personajes. Ellroy inserta información continuamente y, llegado el momento, como en la mejor novela policíaca, todas las piezas acaban encajando.
Con sus personajes, Ellroy tampoco da tregua: ninguno de ellos es “bueno” ni nada que se le pueda parecer.
Su moral se mide por los logros o dinero que puedan obtener actuando continua y sistemáticamente al margen de la ley, y dá igual que sean mafiosos ( en este caso lógico) o representantes del orden (policias, jueces, políticos…). Actúan con una falta total de moral y al margen de cualquier principio ético que se le debería suponer a, por ejemplo, los policias. Y con una violencia brutal y desmedida… propia de personas que se mueven en las cloacas de las grandes ciudades, de manera que el chantaje, la extorsión, la mentira y el asesinato sean la forma de actuar que se supone natural en personas sin ningún tipo de escrúpulos. No cabe nada bueno o decente en ninguna de sus personajes ,y por extensión, en ninguna de sus novelas.
No hay mejor definición de sus obras que la que él mismo dió: “Escribo historias en las que un grupo de hombres blancos se dedican a hacer el mal”… y a fueza que lo consiguen.
Y todo esto está en América y en su continuación ( Seis de los Grandes), como ya lo estaba en su magistral Tetralogía de Los Ángeles ( El Gran Desierto, La Dalia Negra, L.A. Confidential y Jazz Blanco) y que se intuía en la Trilogía del Sargento Hopkins ( La colina de los suicidios, A causa de la noche y Sangre en la Luna) y en demás obras “menores” (Clandestino, Requiem por Brown).
Publicado por nando en Hislibris.com.
Obra maestra que no podemos dejar pasar!!!!!!!!!!
Como siempre, tenemos el ebook junto con una versión en audio a cargo de Jorge de Loquendo en su versión 7.
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