En Tristezas de Bay City se halla una expresión impresionante, propia del buen desenvolvimiento en el género policial. Si bien no escapa de las herramientas clásicas de éste, tiene un dejo de originalidad, sobre todo si se tiene en cuenta que la historia comienza a girar, contorneando el eje de una gran investigación, alrededor de unos escarpines, de terciopelo color esmeralda, que pertenecen a una adinerada mujer.
Los elementos imperantes de la obra son numerosos. Encontramos, en el correr de la lectura: fuerza; intriga; espionaje; asesinatos; naturalidad en los personajes "… Camarero, suélteme el brazo. Mi amiguito es el único transporte que necesito. (…) Es usted demasiado amable o muy poco. Esfúmese antes de que deje de lado mi educación y le propine un puñetazo."; y también naturalidad en las distintas situaciones en las que se encuentra Peters, de la oficina de identificación, quien estudia el caso Austrian que da origen a toda la trama. "La pelirroja abrió desmesuradamente los ojos y la boca y apenas oí un débil sonido cuando algo duro me golpeó la espalda y una voz con sordina susurró: -Aguanta, compañero, esto es un atraco."
¿Qué otra cosa se puede querer de un buen policial? "Soy el hombre de los milagros. Soy el gran detective norteamericano…, el que nunca ve un centavo. Pese a que intentó contratar mis servicios, jamás hablé con Matson. Le diré qué tenía contra usted, cómo asesinaron a su esposa y porqué sé que usted no lo hizo. Y se lo diré todo a cambio de nada."
Como siempre tenemos el ebook y una versión en audio a cargo de Jorge de Loquendo v7.
Terrebe se desmarca un poquito de La ciencia Ficción que tan bien controla, y nos deja un par de Chandlers que no tienen desperdicio. Gracias Terrebe!!
Consigue aquí el Ebook Y en este otro lado el Audiolibro.
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