29 de noviembre de 2010

Las moscas del otoño /Nieve en otoño, Irene Nemirovsky

NUEVA RECOMENDACIÓN DE BECARIA

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Iréne Némirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942) huyó de Rusia con su familia tras la revolución rusa de 1917. Los Némirovsky, que poseían una inmensa fortuna, se establecieron en París en 1919. Hija única, Iréne recibió una educación exquisita, aunque padeció una infancia infeliz y solitaria. Tras obtener la licenciatura de Letras en la Sorbona, en 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset. Era el comienzo de una brillante carrera literaria, que consagraría a Némirovsky como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia, elogiada por Cocteau, Paul Morand, Robert Brasillach o Joseph Kessel. Pero la Segunda Guerra Mundial marcaría trágicamente su destino. Deportada y asesinada en Auschwitz, igual que su marido, Michel Epstein, sus dos hijas conservaron sin saberlo durante decenios un manuscrito que finalmente vio la luz el año 2004. Con el título Suite francesa, la novela obtuvo el Premio Renaudot, fue aclamada por la crítica y se convirtió en un clamoroso éxito de ventas, relanzando el interés por una autora que bien puede situarse entre los grandes escritores franceses del siglo XX.

Las moscas del otoño / Nieve en otoño
Cuando publicó Nieve en otoño, su tercera novela después de David Golder y El baile, con apenas veintiocho años, el prestigio de Irène Némirovsky era ya notable, y no sólo en Francia. El New York Times la había bautizado como «la sucesora de Dostoievski» por su capacidad para reflejar las contradicciones de la vida y sus complejidades morales. En este breve relato sobre el exilio y la nostalgia, Némirovsky exhibe una vez más el don de aproximar sus personajes a los lectores y de evocar situaciones como si la frontera entre lo real y lo imaginario no existiese.
La anciana Tatiana Ivanovna ha dedicado toda su vida a servir a sus señores, los Karin, a quienes ha visto nacer y crecer en la mansión de Sujarevo, en las inmediaciones de Moscú. Cuando la familia se ve obligada a huir por la Revolución de Octubre, la fiel criada termina por reunirse con ellos en París, donde, a pesar de que los Karin han perdido su posición social y su fortuna, continúa a su servicio en el modesto apartamento en que residen. Supervivientes de un mundo perdido, los Karin y su sirvienta necesitarán olvidar para salir adelante, pero la vieja Tatiana nunca deja de soñar con su tierra natal, ni de sufrir para adaptarse a la vida en un lugar donde las primeras nieves no llegan hasta pasado el otoño.
Al igual que su admirado Chéjov, Irène Némirovsky tiene un talento especial para observar y captar los detalles más reveladores de la intimidad de sus personajes. El lector encontrará aquí el germen de la imponente Suite francesa, y llegará al final de esta breve novela con la sensación de haber realizado un intenso viaje emocional.

La reseña está hecha sobre la edición de 1987 "Las moscas del otoño", que ha sido reeditado por otra editorial con el nombre de "Nieve en otoño".
Caroline nos ha informado de esta reedición, así es que vuelvo a poner en circulación la reseña de la edición anterior.


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