28 de noviembre de 2011
Una dama extraviada, Willa Cather (1923)
NUEVA RECOMENDACIÓN DE BECARIA
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Historia de fascinación sostenida y de sueños traicionados, vista por un joven que se abre a la vida: Marianne Forrester, esposa de un pionero del ferrocarril, anfitriona de la única casa elegante de la triste población de Sweet Water, siempre alegre en la riqueza y siempre resistente en la penuria, pasa de ser una gran señora a una mujer señalada por todas las habladurías. Un joven que la adora acaba despreciándola, y sobre su relación construye la autora un espléndido ejercicio sobre los entresijos de toda idealización.
Hay mucho en Marianne de esa "bella mujer con envés trágico" tan presente en la literatura norteamericana (Edith Wharton, Scott Fitzgerald), pero su capacidad de supervivencia la convierte en símbolo de la mujer pionera que reivindica la vida, la sabiduría y el optimismo por encima de todas las cosas.
Al hilo del relato de la degradación de Marianne Forrester -narrada de un modo delicado- y del desencanto del joven Niel, Willa Cather va describiendo el escenario que tanto le gusta, el de los pioneros y colonos del Oeste americano, esta vez situando la acción en los últimos coletazos de aquella época.
Dos años después de aparecer Una dama extraviada, Francis Scott Fitzgerald publicaba El gran Gatsby, y enseguida escribió una carta a Willa Cather con cierta preocupación por algunas similitudes que podrían hallarse entre ambas novelas e inspirar ciertas sospechas de plagio. Pero Willa Cather le contestó que no encontraba motivos para sentirse plagiada. Muchos dicen que era precisamente Una dama extraviada la novela a la que Scott Fitzgerald le daba vueltas mientras escribía una de sus obras más conocidas, y la responsable en parte –quizá por desmarcarse de ella- de ciertos cambios en el proceso de composición de Gatsby.
Podéis obtener más info sobre el libro y comentar sobre el mismo AQUI.
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