24 de septiembre de 2012

Cristina, hija de Lavrans - Sigrid Undset

NUEVA RECOMENDACIÓN DE CAPRI Y ELE ...... La presente edición integra los tres volúmenes en uno: Cristina, hija de Lavrans 1 – La corona La verdadera fuerza reside en los ríos: ellos son los que, acumulando y volcando sobre sí la vida que encuentran a lo largo de su curso, al final llevan al mar. Así es esta novela de Sigrid Undset, premio Nobel de Literatura en 1928: pide al lector que navegue por ella como por un gran río. Desvalerá su fuerza poco a poco, su plácida potencia no desilusionará al viajero de corazón aventurero. La lectura, como toda gran obra maestra, reservará el gusto por saborear el mar abierto. Ambientada en el siglo XIV noruego, Cristina, hija de Lavrans representa una época en la que el exceso, el pecado, el dolor, el amor y toda la gama de sentimientos y acciones humanas pueden ser comprendidos, juzgados y corregidos desde una estima grande y positiva hacia la humanidad real. El rico y variado fresco de personajes por el que se mueve la existencia de Cristina sería, sin la presencia del cristianismo, sólo un teatro de violencia y de superchería. La historia misma de la protagonista, su descubrimiento al pasar del amor instintivo al ofrecimiento de alcance histórico general: que el cristianismo católico constituye la única alternativa verdadera a la ley de la violencia, sin censurar nada de la humanidad, de la cultura y de la situación social de la época, sino mostrando la existencia de un destino bueno para todo. Cristina, hija de Lavrans 2 – La Mujer «Había aceptado como su destino, destino que debía soportar pacíficamente y sin flaquear, que todo descansara sobre ella. También se había esforzado en ser paciente y aceptar sin flaquezas las condiciones de su vida todas las veces que sentía que había un nuevo hijo en sus entrañas: siempre, siempre. A cada hijo que aumentaba su grupo, experimentaba que ella iba siendo más y más responsable del bienestar y de la seguridad de la familia. (...) Y, no obstante, se daba cuenta esta noche de que era la misma Cristina de Joerundgaard que jamás había podido soportar una palabra dulce e hiriente, porque todos los días de su vida habían estado protegidos por una ternura fuerte y dulce. Entre las manos de Erlend era aún la misma. (...) Ella misma lo había elegido. Lo había elegido en una embriaguez de amor y había mantenido su elección día tras día en los años difíciles de Joerundgaard. Amor insensato por Erlend, más fuerte que el amor por su padre, que no podía sufrir ni que el aire le rozara. (...) Frailes y sacerdotes le habían indicado el camino del arrepentimiento, de la penitencia y de la paz, pero había preferido la vida insegura antes que renunciar a su precioso pecado». Cristina, hija de Lavrans III – La cruz «... Había un misterio que no comprendía, pero del que estaba segura. Dios no había dejado de envolverla con su amor, sin que se diera cuenta, y a través de su obstinación, a través de su espíritu terco e interesado, un poco de aquel amor había persistido en ella y actuado como el sol que fecunda la tierra. Había nacido una flor que la pasión carnal no pudo marchitar, ya fuera ardiente llama o tormenta de colérica furia. Cristina había sido la sierva del Señor, una sierva indómita, caprichosa, adorando sólo con los labios en sus oraciones, hipócrita en el fondo del corazón, perezosa, negligente, desobediente, falta de perseverancia en sus empresas. Pero Él la había conservado a su servicio... y ahora aparecía el pacto que había aceptado sin comprenderlo... bajo la sortija de oro una marca secreta indicaba que era la sierva del Señor, de un rey que venía a ella en las manos consagradas del sacerdote para darle la libertad y con ella la salvación». Podéis obtener más info sobre el libro y comentar sobre el mismo AQUI.

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