6 de julio de 2013
NANCY Y EL BATO LOCO - RAMÓN JOSÉ SENDER
NUEVA RECOMENDACIÓN DE ELE Y CAPRI
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El ciclo Nancy. Unos cuantos años después del gran éxito de La tesis de Nancy (más de 200.000 ejemplares vendidos), en concreto 12 años después, R. J. Sender convierte a Nancy en un ciclo novelado con 4 nuevas obras: Nancy, doctora en gitanería y Nancy y El Bato Loco, (ambas de 1974), Gloria y vejamen de Nancy (1977) y Epílogo a Nancy (1979). Éstas no alcanzaron ni la calidad ni el éxito de la primera, pero sí cumplieron con su misión humorística para el deleite de sus seguidores.
Nancy ya es doctora y se ha casado con Laury, un rico y atlético estudiante, que ha ido adquiriendo protagonismo en la serie. Figura emergente en la galería de personajes senderianos, carácter escéptico, risueño hasta el cinismo, con un sentido de la trascendencia y la religiosidad muy similar al del autor, aparece ahora con rango de co-protagonista. Él es el Bato Loco:
Nancy se casa con Laury por el rito unitario de la iglesia de Michaelis Servetius (Miguel
Servet), autor de la obra De Trinitatis erroribus (guiño aragonesista). Ella no le pide a él una boda civil ordinaria, que le daría derechos sobre la fortuna del joven, ni él le exige pureza inmaculada a ella (Nancy le confiesa que tuvo un amante en Sevilla). Deciden ir a la capital andaluza en viaje de novios, pasando antes por París y Mallorca. Nancy tiene ciertas prevenciones ante la idea de volver, pero Laury, viajero empedernido, estudioso de la antropología, no conoce la región y deciden venir.
En América se quedan el profesor Blacksen, con su melancolía de emigrado y sus recuerdos de la esplendorosa juventud de la estudiante, y el profesor Sender, con el que se cartará la ya doctora, contándole sus andanzas ibéricas. Sender se presenta de nuevo como simple editor-corrector de la novela.
Esta entrega recupera el humor, estilo epistolar y personajes de la primera: Curro, Quin y el duque. Además de divertida, la obra caracteriza con detalle a un nuevo actuante, Laury, práctico y experimentado. Al Laury viajero, conocedor del Japón, Asia y África, obsesionado con la Atlántida, le faltaba aún descubrir la mágica Sevilla, con sus gitanos, sus misterios y sus duendes. Laury escribe en un diario unas notas epigramáticas que podrían atribuirse al mismo Sender, similares a las que aparecen en las obras.
Podéis obtener más info sobre el libro y comentar sobre el mismo AQUI.
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